Colaboraciones

Carta de Josefa Escudero, Presidenta de la Hermanad de Las Pedroñeras

josefaEsta hermandad de la Virgen de la Cuesta, que ahora presido, está compuesta por una directiva de ocho personas, con mayordoma, vicepresidente, secretaria, tesorera y cuatro vocales y es su finalidad que todo lo que se haga en esta cofradía con nuestras decisiones salga lo mejor posible

 

La Virgen de la Cuesta es una fiesta muy antigua y tradicional en Pedroñeras y Alconchel de la Estrella, pueblo con el que compartimos la festividad. Y es tan antigua que los más mayores de los dos lugares dicen que data del siglo XIII. Hay vestigios, indicios que certifican que es así, como la talla de la virgen, que es de madera, o algunos otros, como vigas o maderas de la ermita que se nos ha dicho por parte de especialistas que son originales de ese siglo

 

Sabemos poco sobre esta Virgen; solo lo que nos vienen contando a través de los siglos, puesto que no se han encontrado demasiados escritos. Nos cuentan que la Virgen la encontró un pastor de Las Pedroñeras en una cueva, en Alconchel. Ya sabéis que siempre se nos ha dicho que cuando ha habido guerras se escondía a los santos para que no se los llevaran o quemaran. Quizá fuera este uno de esos casos, o más bien se tratase de un milagro. La leyenda cuenta que el pastor se la trajo a Las Pedroñeras y lo difundió por el pueblo, pero cuando fue a por la imagen, la Virgen había desaparecido. Marchó hacia Alconchel y allí estaba, justo donde la había hallado la primera vez. La cogió y, de nuevo, se la trajo para su pueblo y, curiosamente, volvió a ocurrir lo mismo. Los que regían la iglesia en aquel momento comprendieron que la Virgen quería quedarse allí, y decidieron levantar una ermita en el cerro donde la había hallado el pastor. La ermita está ubicada en lo más alto del cerro, y a tres kilómetros de Alconchel

 

Esta fiesta tiene mucho arraigo en Las Pedroñeras, tanto que la gente desde hace siglos, cuando pasa algo en las casas o a las personas, o por pura devoción, ofrecen o prometen ir andando hasta el cerro. Son cuarenta y dos kilómetros por el camino, una distancia que se hace eterna pues hay que andar entre seis y ocho horas. Pero con sacrificio y la emoción que llevas de estar con la Virgen, todos decimos que Ella nos ayuda. ¡Y al final se llega! Exhaustos, pero se llega. Cuentan que un hombre del pueblo cargó con una fanega de trigo a la espalda y llegó como si tal cosa. También una mujer, por ofrecimiento, cargó al ijar a su hija de dos años y llegó al cerro con ella en brazos. Por eso decimos que la Virgen ayuda

 

Pedroñeras hace la fiesta el día 7 de mayo. Por la tarde la subimos en procesión hasta el cerro, la tenemos toda la noche, le cantamos los mayos y la velamos. La tradición es quedarse el mayor número de personas posible. Antiguamente se quedaban más, puesto que el medio de transporte no les permitía ir o venir a todas horas como ahora lo hacemos. Al día siguiente a las 9 de la mañana se celebra una misa por los difuntos de la hermandad y por los allí enterrados, puesto que la ermita ha sido cementerio de Alconchel hasta hace más o menos cincuenta años, según nos han contado los mayores. A las 12 se sube a la Virgen al cerro y se dice una misa con la presencia de pedroñeros y alconcheleros

Terminada la misa, se baja a la ermita y, desde ahí, se la llevan los de Alconchel para festejarla ellos el día 8 por la tarde, 9 y 10 de este mes. De ellos es la patrona y la tienen en la iglesia del pueblo, con lo cual podemos oír misa con ella todo el año. La procesión que le hacen en Alconchel es muy original, pues la van parando en todas las puertas del pueblo, y los dueños de la casa le echan la limosna que creen conveniente

 

Esta fiesta, como ya he dicho, es muy antigua y muy tradicional, tanto que a mis años, y sin ser de las más viejas, puedo contar como anécdota que, cuando era pequeña, me llevaban mis padres en el carro y las mulas, como hacían todos los del pueblo. Aquel viaje se hacía eterno, no llegabas nunca, pues nos pasábamos el día y parte de la noche en el camino. Pero después llegó el remolque, con ruedas de goma. Qué cambio! Aquello era otra cosa! Luego el tractor, y mucho mejor, y ahora pues lo que todos tenemos, los coches. Con ellos nada está muy lejos, nada se nos pone por delante

 

Sé que hay personas mayores que podrían contarnos -y de hechos nos cuentan- montones de anécdotas sobre el camino y su estancia en la ermita. A mí, que ahora soy la presidenta, me gustaría plasmarlas en un libro para que queden grabadas para siempre, porque son verdaderas historias de hace cincuenta o sesenta años, años en los que incluso se iba con los burros, y da gusto escuchar a los mayores narrarlas. Vale la pena recoger todo ese tesoro en una publicación conjunta. Yo sé que es difícil redactar algo que cada uno cuenta a su manera, pero lo vamos a intentar, y por eso quiero aprovechar esta carta que desde aquí os dirijo para que todo el que quiera colaborar que nos lo diga, para que las generaciones venideras puedan conocer cómo sus abuelos celebraban la Virgen de la Cuesta y los eventos y aconteceres que rodeaban esta festividad. Así también ellos podrán seguir contando tales vivencias, y con ello ayudar a que nunca decaiga esta tradición de los andarines que los pedroñeros llevamos grabado en nuestro interior

A lo largo de los años todo cambia, y como todo cambia, la ermita también ha cambiado. Nunca se ha venido abajo, pero el tiempo la deteriora, y con el fin de que esta fiesta tan bonita no se pierda, con una subvención -como no puede ser de otra manera- la hemos restaurado en gran parte y la hemos embellecido. Pero aún queda tarea para las nuevas generaciones

Animaos y enviadnos vuestros conocimientos y anécdotas entorno a la Virgen de la Cuesta! Cuéntanos. Os lo agradecemos de corazón. Y que la Virgen de la Cuesta os acompañe

 

[Form id=»13″]

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba